Peleas multitudinarias en bailes, salas de fiestas y descampados; guateques clandestinos y desmadre ye-yé; niños desvalijados en plazas y parques; menores de edad fugados del reformatorio; “sirlas”, “tirones” y “escalos”; tiendas de chucherías atacadas con bombas fétidas y petardos por pandilleros preadolescentes; cuadrillas de jóvenes motorizados sembrando el caos en las calles; grescas en los autos de coche; “descuideros” y carteristas; patillas, greñas y pantalones de campana; camorristas de discoteca; grupos de jóvenes escapando del “pica” en el tren; colegios e institutos destrozados por turbas de gamberros quinceañeros; atracos a bancos y farmacias; persecuciones policiales a toda velocidad; trifulcas entre punkies, heavies y rockers; redadas, cacheos y hostias en comisaría; navajas automáticas y escopetas de cañones recortados; hospitales asaltados por heroinómanos en busca de drogas; riñas y tumultos en tranvías y autobuses públicos; vandalismo en cines y salones recreativos; “bugas” puenteados y motos trucadas; trenes apedreados por pandillas de niños fuera de control; chupas de cuero negro, macarras y “paleros”; juergas etílicas y consumo desenfrenado de estupefacientes; ganzúas, destornilladores y palanquetas; batallas campales entre cuadrillas armadas con cadenas, palos y “nunchakus”; taxistas y joyeros asaltados por maleantes sin escrúpulos; comercios, viviendas y bares saqueados; bandas infantiles dedicadas al robo con intimidación; quinquis linchados y arrojados a la Ría de Bilbao por grupos de vecinos hartos de robos y atracos... Todo esto (¡y mucho más!) podrás encontrar en las páginas de ¡A TOPE!, una trepidante combinación de historia oral y crónica de sucesos con la que Álvaro Heras-Gröh vuelve a introducirnos en su particular máquina del tiempo. En esta ocasión el autor nos invita a un viaje vertiginoso por el lado más salvaje y subterráneo de la historia reciente del Gran Bilbao; un recorrido a lo largo de casi cuatro décadas repleto de testimonios asombrosos y anécdotas desaforadas que te dejarán sin aliento.