Más allá de documentar la evolución musical, Bradley se sumerge en una historia de Black Power, altavoces que retumban, cantantes con agujeros en los zapatos, vudú anticolonialista, ligoteo en la pista de baile, rastas antisistema, productores avariciosos, espiritualidad profunda, flirteos con el punk, malotes barriobajeros, estudios de grabación envueltos en marihuana, skinheads que bailan música negra, tejemanejes de la guerra fría, pistoleros en las chabolas, miembros de los Rolling Stones locos por el reggae, revueltas en las calles británicas, reciclaje sonoro y cultura del pueblo para el pueblo. Cargado de testimonios de los grandes del género (Prince Buster, Horace Andy, Bunny Lee, Jimmy Cliff, Lee Scratch Perry), Bass Culture captura en una narración narcótica la historia de una comunidad del llamado "tercer mundo" que alzó la voz para decir que no solo existían, sino que tenían ganas de dar guerra y bailar hasta el amanecer.
Bass Culture se considera la historia definitiva del reggae. El libro lo publicó en 2000 Viking, un sello de la editorial británica Penguin, pero al año siguiente, en vista de lo bien que funcionaba, lo publicó directamente Penguin (2001). También se ha editado (y reeditado varias veces) en Estados Unidos (Grove Press, 2001). Más allá de varias biografías de Bob Marley y Catarsis rocksteady (de Lutxo Pérez, que narra el periodo de la música jamaicana comprendido entre 1966 y 1968), no hay ningún libro en español que cuente la historia del reggae. Bass Culture se ha traducido al francés, japonés, alemán e italiano.